Muchos son los que opinan y emiten su comentario sobre aquel hombre que habitó la tierra hace más de 2000 años en Jerusalén llamado Jesucristo. Prácticamente ninguno niega que alguna vez existió, y no se puede desconocer su importancia, ya que fue el único revolucionario que dividió la historia mundial en un antes y un después de su nacimiento. Su importancia de debe a los acontecimientos que protagonizó, acontecimientos nunca antes visto antes de él, desde devolverle la sanidad a alguien enfermo, alimentar a mas de 5000 personas con tal solo algunos panes y un par de peces, y muchos milagros más que llamaron la atención de multitudes. Pero el acontecimiento que anunció, el cual sería la culminación de su misión como hombre de carne y hueso fue “la obra de la cruz”. Aquella muerte en la cruz fue tan solo por no más de 3 días, ya que anunció su resurrección y la confirmó con hechos.
Si creemos en algo, no puede ser a medias, si creemos que Jesucristo caminó en la tierra también debemos creer que todo lo que hizo fue real (de lo contrario la historia nunca se habría dividido en un antes y un después de él). Pero la obra de la cruz fue y es con un propósito, este es que así como Jesucristo venció la muerte resucitando tal como lo había anunciado, nosotros dejemos que él derrote nuestra soledad, tristeza, angustia y todo lo negativo tal como lo hizo en la cruz. Ya que Jesucristo aún no ha muerto, y nunca lo hará, ya que él es ese camino que necesita el ser humano para llegar a la salvación de su vida y gozar de la vida eterna junto con Dios.
Si creemos en algo, no puede ser a medias, si creemos que Jesucristo caminó en la tierra también debemos creer que todo lo que hizo fue real (de lo contrario la historia nunca se habría dividido en un antes y un después de él). Pero la obra de la cruz fue y es con un propósito, este es que así como Jesucristo venció la muerte resucitando tal como lo había anunciado, nosotros dejemos que él derrote nuestra soledad, tristeza, angustia y todo lo negativo tal como lo hizo en la cruz. Ya que Jesucristo aún no ha muerto, y nunca lo hará, ya que él es ese camino que necesita el ser humano para llegar a la salvación de su vida y gozar de la vida eterna junto con Dios.

0 COMENTARIOS ::: COMENTA AQUI ::::
Publicar un comentario