Sobre mandar al infierno...

Un tema que constantemente me da vuelta en los pensamientos es sobre la manera de predicar el evangelio que comunmente utilizan los misioneros. Es sobre mandar al infierno o al cielo.

Y todo esto es según la concepción que tengo sobre la forma de expresar el fondo, la manera de compartir el Plan de Salvación. A través de mis años de misionero y compañero de misioneros he hecho un gran compilado de ideas sobre la evangelización, algunas de ellas no las apruebo por el hecho que creo existen maneras mejores y peores de ejercer la obra evangelizadora.

Y esto lo he visto en muchos sitios web cristianos, los dos ejemplos que quiero compartir con ustedes, de los cuales espero saquen sus conslusiones.

Si hay algo que realmente me incomoda es cuando los misioneros mandan a los evangelizados al infierno por ser pecadores, y le dan a conocer el gran sufrimiento que padecerán si no vuelcan su vida a Jesucristo. Los mandan a dar una vueltecida al infierno para que vuelvan completamente aterrorizados a rendir su vida a Cristo, no estaría tan seguro si lo hacen por amor a Dios o por miedo.

En cambio, de lo que estoy de acuerdo es en compartir el Plan de Salvación con toda redención, y creo eso por la sencilla razón. Dice la palabra de Dios que la paga del pecado es muerte, en un pacto antiguo, y luego declara que el regalo de Dios es vida eterna en Jesucristo. Pues bien, el evangelio de redención supera toda condenación. Otro episodio lo vemos en aquella mujer sorprendida en adulterio, muchos se alegraron al tener la gran posiblidad de apedrearla gratuitamente, pero Jesús, el mismisimo Dios autor de los mandamientos no le condenó.

Eso es lo que quiero expresarles, compartir el perdón antes de la condenación, ser redentores, ser una Generación Samaritana dispuesta a acompañar en los momentos de sufrimiento.

Amigos mios, hermanos y hermanas, si nosotros no fuimos condenados, no condenemos a los que vienen, es injusto medir con ley cuando a nosotros nos han medido con gracia.